El ámbito empresarial es un terreno muy amplio y con un potencial enorme para innovar y mejorar frente a los competidores de cada industria. Tanto es así, que desde el siglo pasado vienen sucediéndose multitud de avances tecnológicos que de manera tímida han ido se han ido haciendo un hueco en las empresas. Siguiendo esta trayectoria, nos encontramos con que la Transformación Digital llama constantemente a nuestras puertas para ofrecernos sus beneficios. Uno de los más interesantes es la flexibilidad que ofrece el cloud computing a los negocios.
Para algunas compañías el modelo de la nube supone un ahorro en costes cuando deben gestionar su trabajo desde esta plataforma. Para las más grandes, sin embargo, no siempre es la mejor solución. Debido a su tamaño y numerosas áreas necesitan depositar parte de su abrumadora información en servidores locales. Si echamos un vistazo a los centros de procesamiento de datos comprobaremos que la mayoría funcionan con ciertos elementos de virtualización, lo cual, introduce una solución para las compañías grandes, la nube híbrida. Este nuevo modelo supone una serie de retos que afrontados de la manera correcta supondrían interesantes ventajas para las empresas que adoptan el cloud computing.
Retos en la nube
Ponernos en el caso de una gran compañía que maneje dos centros de procesamiento de datos es una idea abrumadora. El coste operacional de gestionar tal estructura tecnológica es elevado. Un manejo eficaz de una situación así requeriría probablemente dos equipos distintos, uno para cada centro. Evidentemente, el departamento financiero de esta empresa tendría mucho trabajo para controlar de manera eficiente los recursos del grupo frente a semejante reto.
La sombra del ransomware y la crisis de las criptomonedas no hacen más que acentuar la necesidad por parte de las empresas de contar con medidas contra los piratas informáticos. Así pues, no todos los proyectos corporativos pueden ser adecuados para ser compartidos y trabajados en la nube debido a su susceptibilidad para ser atacados. Por esta misma razón muchos negocios se ven abocados a manejar estos datos en servidores locales que estén bajo su completo control.
Otro desafío pendiente para cloud computing híbrido es cómo puede hacer frente a las amenazas. Trabajar con múltiples departamentos requiere contar con más de una medida de seguridad, copias de seguridad y backups. Contar un recurso o departamento que pudiese gestionar de manera eficaz tantos elementos sería la solución adecuada, sin embargo, es sumamente complicado contar con suficiente personal que cuente con las destrezas necesarias para cubrir tantos campos y de manera efectiva.
Esta tríada es el mayor reto al que empresas multinacionales o pymes grandes deben enfrentarse. La solución pasa por implementar la tecnología del cloud computing, pero incluyendo su versión híbrida. Uno de los mejores ejemplos lo encontramos en Microsoft Azure Stack. Este cliente funciona muy bien también con Veeam, que se ocupa de gestionar copias de seguridad entre otras cosas, y que se integra a la perfección con Azure.
Cloud computing híbrido
En el caso de Azure Stack encontramos un ejemplo muy válido ya que aporta las ventajas y rapidez de la nube sobre entornos locales. Con este proveedor de cloud se pueden gestionar los proyectos de empresa en los centros de procesamiento de datos de la propia empresa a la vez que se adecúa a la flexibilidad que demanda cualquier despliegue en entornos híbridos.
Su primera versión se instala con facilidad y se puede configurar y controlar desde una sola consola centralizada.
El potencial de Azure radica en que Veeam, que se centra en la diversidad de recuperación de datos a través de múltiples plataformas como la nube, brinda desde hace pocos meses servicios mixtos en la plataforma de cloud computing híbrido. En esta colaboración Veam hace uso de Azure Stack para transferir copias de seguridad a servidores locales o a la nube pública de Azure.
Simplificando la adopción del modelo cloud
Teniendo en cuenta los avances que suponen trabajar con una nube mixta es posible retomar con más confianza los desafíos más acuciantes de las empresas que quieren migrar a este nuevo modelo.
Con la integración de Azure Stack y de la gestión de servidores online y locales, gestionar varios centros de procesado de datos adquiere una dimensión mucho más fluida e intuitiva. De esta manera, se abaratan costes y no es necesario contar con varios equipos que gestionen tal cantidad de información.
En cuanto a la protección, tal y como hemos comentado antes, existen proyectos que debido a su naturaleza son más susceptibles de ser atacados en la red. El celo con el que las compañías guardan estos productos es muchas veces el responsable de que decidan no apostar por la nube. Sin embargo, con la hibridación, al tener una gestión centralizada de todos los recursos corporativos, es mucho más sencillo conocer el destino de cada archivo y desde dónde está siendo ejecutado. Esto hace posible que su localización y posible evacuación a los ficheros locales sea casi un proceso automático gracias al cual, la empresa gana en flexibilidad a la hora de manejar sus propios recursos cuando la situación así lo demande.
Por último, queda mencionar la incógnita de las amenazas en las que entran todo tipo de eventualidades que pueden desbaratar el trabajo de las empresas. Este escenario se vuelve mucho más manejable gracias a la centralización que ofrece Azure Stack. Al trabajar con un único programa, recuperar cualquier configuración anterior ya sea en local o en remoto es mucho más sencillo.
Con todo, el cloud computing híbrido está abierta a mejoras constantes. Su razón de ser es facilitar a los negocios su actividad y dotarlos de mayor seguridad. Al igual que todas las tecnologías rompedoras, muchos grupos la miran aún con recelo, pero es sólo cuestión de tiempo que el pragmatismo se imponga y veamos con más frecuencia estructuras corporativas soportadas por la nube.