Inmersos de lleno como estamos en el vórtice de avances y desarrollos tecnológicos del siglo XXI es inevitable toparse a menudo con conceptos que se repiten y llenan los círculos empresariales. Así pues, términos como la estrategia digital, el cloud computing, el BigData o la transformación digital son algunos de los agentes que protagonizan las conversaciones de actualidad en los foros business. Es innegable que la implementación de las nuevas tecnologías de la información ha supuesto un avance en el desarrollo y aumento de la productividad de muchas sociedades. La automatización de procesos, la segmentación más precisa de mercados y clientes, así como la mejora de los servicios ofertados son un valor añadido que ha revolucionado el tejido empresarial global. Los clientes cambian su comportamiento, y con ellos la manera en la que las marcas se acercan a ellos. Es por eso que la digitalización de las empresas juega un papel primordial en la supervivencia de las mismas en el mercado.
El cloud computing
La trasformación digital es una idea que abarca múltiples campos, pero en resumidas cuentas se apoya en la migración de todos los órganos de una corporación hacia un modelo digital. En este nuevo marco, las TIC y sus consultoras juegan un rol importante, ya que representan el apoyo externo que los negocios precisan para ejecutar con éxito esta transición. Uno de los grandes pilares de este nuevo modelo es el cloud computing. Teniendo en cuenta que ahora las compañías manejan grandes volúmenes de datos y que sus trabajadores pueden estar actuando desde diferentes puntos del mundo, el tener una plataforma que pueda gestionar todas esas interacciones es importante. El cloud computing permite a los usuarios almacenar sus proyectos en soportes externos a la sede física del negocio en base al volumen del mismo. Del mismo modo, la nube permite que diferentes elementos que necesitan estar actualizados y conectados entre sí cuenten con una comunicación perfecta para su correcto funcionamiento. Este es el caso de las CRM y bases de datos. Un servicio de cloud computing permite manejar por ejemplo un flujo constante de mails que nos lleguen desde un programa alojado en cloud para que al mismo tiempo nutra nuestra propia base de datos. Otro de los rasgos más interesantes de esta tecnología es lo asequible que es. Hoy en día cualquier pyme puede contratar servicios de almacenamiento en la nube que le permitan agilizar sus procesos y almacenar sus datos. Tal es el avance que suponen, que sólo las grandes compañías utilizaban estos servicios hasta hace pocos años. Las marcas como Linkedin o Instagram necesitan un soporte flexible que pueda manejar la ingente cantidad de datos con la que trabajan al mismo tiempo que actualizan todas sus aplicaciones y mantienen el trabajo de todas sus sedes al máximo rendimiento.
La comunicación entre compañeros de trabajo es indispensable para el correcto funcionamiento empresarial. Cada vez con más frecuencia los negocios demandan la implantación de intranets propias con las que sus trabajadores puedan comunicarse e intercambiar material sin necesidad de desplazarse, perder tiempo o molestar al resto de su equipo. Parte de los servicios que ofrece el cloud computing de Microsoft SharePoint incluyen aplicaciones de este tipo como Teams o Yammer. Su funcionamiento es similar al de redes sociales como Facebook o Twitter, pero enfocadas al mundo interno de las compañías que las utilizan. Del mismo modo, aplicaciones como OneDrive de Office 365 empresa se han vuelto indispensables gracias a la facilidad con la que permiten el intercambio de datos y la seguridad que blinda todas sus interacciones.
Los nuevos actores
Uno de los agentes que ha cambiado por completo el panorama digital es el móvil. La telefonía ha implantado nuevos comportamientos de consumo entre la gente. Tal es así, que el tráfico de internet se ha desviado del clásico navegador de los ordenadores de sobremesa de casa hacia los dispositivos móviles. En una entrevista hecha a Sarah Harmon, directiva de Linkedin, en El País se habla de que este tráfico supone a día de hoy un 70% del total de Internet. Este nuevo escenario ha obligado a las marcas a orientar su estrategia digital. Sus conversaciones están dirigidas ahora a canales que funcionan en los móviles.
Las redes sociales y la reputación corporativa son aspectos que van de la mano en la transformación digital. Las empresas que apuestan por el cambio localizan los canales en los que se mueven sus clientes y adaptan sus mensajes a ellos. Este nuevo entorno ha empoderado a los clientes, dando como resultado una relación bidireccional entre las marcas y sus consumidores. Así pues, la reputación corporativa se trabaja ofreciendo contenido que atraiga al nuevo cliente. También han cambiado los tipos de contenido que se consumen en la actualidad. La gente no quiere leer demasiado, la gente quiere material fácil de digerir, y si es audiovisual mejor. Es por eso que las fotos y vídeos funcionan tan bien a modo de complemento en los mensajes de las marcas. Todo esto no podría tener un soporte mejor que los propios móviles de los usuarios, permitiéndoles a estos estar conectados cuando quieran con las compañías con las que se sienten más identificados.
Es por este nuevo paradigma digital que la incorporación de las TIC a las empresas se hace algo necesario y no una moda pasajera a la que sumarse. La interacción con los clientes a través de los nuevos canales y tecnologías es el camino a seguir para sobrevivir en un entorno interconectado y dinámico.